Dicen que la música además de ser un recurso artístico puede ser utilizada como herramienta pedagógica que favorece el desarrollo intelectual, motriz y de lenguaje en nuestros niños y niñas en edad preescolar, a través del fortalecimiento de dispositivos básicos del aprendizaje como la memoria, la atención, la percepción y la motivación.

En el artículo de hoy hablamos sobre cómo la educación a través de la música permite que se le considere uno de los pilares más importantes del desarrollo integral del ser humano.

La música

Muchas son las corrientes y estudios que afirman la importancia de la música en los primeros años de vida. Pedagogos de Educación Infantil como Montessori, Decroly, las hermanas Agazzi, entre otras, inciden en la importancia de la música dentro de esta etapa.

La música es un lenguaje que puede expresar sentimientos, estados de ánimo y configurar atmósferas, se le puede atribuir múltiples cualidades como ser bella, serena, excitante, tensa o misteriosa, todas ellas al encuentro con la imaginación creadora de los más pequeños, puede llegar a proveerlos de recursos para iniciarse en la resolución de problemas y entrelazar relaciones consigo mismo, el entorno y las personas que les rodean.

Hay que destacar que los niños están en contacto incluso antes de nacer con la música, con los sonidos del ambiente que le rodea, el bebé se desarrolla en un entorno sonoro diverso y complejo, por lo que la educación musical puede comenzar desde incluso antes de nacer el bebé, y puede iniciarse en el seno materno si la madre canta o escucha música. En esta etapa, el bebé reacciona ante determinados sonidos, modificando su posición y generando una respuesta cuando lo oye. Todo ello es posible debido a que el oído es el primer órgano sensorial que se desarrolla dentro del útero; el feto ya puede oír, reaccionando al sonido y aprendiendo de él. Puede discriminar sonidos tanto provenientes de la madre (latido cardíaco, relajación) como sonidos exteriores (ruidos o música).

Canciones de cuna

Desde las primeras etapas del desarrollo, los niños emiten respuestas (motrices, sonoras o atencionales) a estímulos musicales. Una de las fuentes de estimulación temprana más importante es la que proporciona el adulto al bebé a través de la voz humana empleando las canciones de cuna y la modificación adaptativa del habla que los adultos utilizamos para dirigirnos al bebé. Los niños nos responden y actúan en consonancia a la entonación, ritmo, intensidad y expresión de los sonidos. Produce una gran estimulación auditiva, la cual va a ser la base para sus primeros intentos de vocalización.

Las canciones de cuna, proporcionan al bebé bienestar, relajación, estrechan el vínculo con la figura de apego, siendo una actividad en la que los dos están conectados (voz-escucha). El bebé reacciona ante estos sonidos, produciendo respuestas y cambios según los sonidos que se emitan. Por medio de la nana llegan al bebé elementos musicales tales como compás, ritmo, sonoridad, contornos melódicos ascendentes o descendentes, entre otros, que pueden activar el estado general o tranquilizarlo. Características como el empleo de ritmos lentos, sin cambios bruscos, son rasgos definitorios de las canciones de cuna, siendo muchas de ellas melodías sencillas en las que no es necesario entonar con letra, sino solo con los sonidos, siendo capaz de combatir y ayudar a prevenir y tratar los trastornos del sueño en los bebés. Es fundamental, por tanto, el papel de las familias y la comunidad educativa en los primeros años de vida, con objeto de acercar a la música y desarrollar la capacidad auditiva.

 

 

La ciencia lo dice

La ciencia define a la música como la actividad humana más global y armoniosa. Mediante la práctica musical, se desarrollan diferentes habilidades como: la audición, la relación espacial, la motricidad fina, la coordinación visomotora, la lateralidad, la memoria mecánica, la evocación auditiva, el ritmo, la concentración y la expresión de emociones y por consiguiente la inteligencia emocional entre otros.

Los expertos indican que la expresión musical en los primeros años del desarrollo humano se centra en los elementos del ritmo más que en los melódicos, esto es gracias a que impulsos naturales tales como moverse, manipular, observar o tocar, permite dar al niño repuestas frente a los sonidos que se van convirtiendo a su vez en su medio de expresión, ya que, el ritmo desarrolla el control motor elemental y la coordinación sensomotora.

Entre las ventajas que conlleva la formación artística en esta etapa, destacamos las implicaciones en lo psicológico, ya que puede despertar gran variedad de emociones, sentimientos y evocaciones, transformando el estado de ánimo de quien la escucha y la forma de percibir su propio entorno, se convierte en una herramienta de control emocional; en lo intelectual, procesos tales como atención, creación e imaginación pueden ser optimizados, fortaleciendo la concentración, memoria a corto y largo plazo, igualmente el análisis, el orden y el aprendizaje.

Dichos procesos musicales mantienen activas las neuronas del cerebro, fortaleciendo la inteligencia. Asimismo, cabe destacar que fomenta la creatividad, rasgo muy importante en esta etapa, la improvisación y creación que favorece la música, aporta a nuestros niños otra visión de la realidad y le permite conocerla y vivenciarla de una manera única.

En líneas generales, desde las escuelas infantiles y la enseñanza preescolar hasta la adolescencia, la influencia del arte sobre el desarrollo en niños y niñas es muy positiva. En este sentido la música no solo es una expresión artística sino un recurso pedagógico que puede ser empleado para promover el desarrollo desde su edad infantil, en tanto que la búsqueda por comprender la sonoridad del mundo forma parte de la esencia humana, lo que evidencia a la música como un recurso pedagógico que promueve el desarrollo integral de los seres humanos.

Autora: Belén Aglio, Psicóloga.

 

BIBLIOGRAFIA

-Barbarroja, M.J. (2007). La música en Educación Infantil. Innovación y experiencias educativas. nº 14 (enero), 1-14.

-Del Olmo, MJ. Carrasco, P. & Montón, JL. (2009). La música y el desarrollo psicomotor en la infancia: de 0 a 5 años. Revista electrónica de información para padres de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Vol. 2, nº 3 (septiembre). Recuperado de: http://www.famiped.es/en/node/411

-Díaz, M. L., Bopp, R. M., & Gamba, W. D. (2014). La música como recurso pedagógico en la edad preescolar. Infancias imágenes13(1), 102-108.